El jueves 22 de abril, día del planeta Tierra, en el auditorio del Museo Nacional de Antropología David J. Guzmán, con la presencia de La Secretaría Nacional de la Cultura , SalvaNATURA y ante la presencia de más de ochenta personas, fue presentado el libro "La historia sin fin de Alissa, una lata de soda"
Para mi esa noche resultó ser la culminación de un arduo trabajo y el comienzo de una nueva etapa de mi vida.
Acompañada por amigos y amigas y de mis dos preciosos hijos disfruté de cada momento, sintiéndome enormemente agradecida con Dios por la posibilidad de cumplir un sueño.
Los comentarios del día siguiente fueron variados, pero había uno que era el denominador común y que me llama mucho la atención.
La mayoría de las personas me comentaba que poseen sueños que no llegan a realizar por diferentes razones y me expresaban su admiración por haber tenido el coraje y el empuje de llevar el mío hasta el final.
Yo no lo veo como un gran logro, no creo que sea falsa modestia, es simplemente que tengo la convicción que todos podemos cumplir nuestros sueños si nos enfocamos en la meta y dirigimos nuestras energías hacia ella.
Para mi el libro es un paso, una nueva etapa...todos y todas llevamos dentro el potencial para ser más de lo que somos, tenemos la obligación moral de evolucionar y crecer, no podemos estancarnos, dejar que la vida nos pase y sobrepase.
Como producto de experiencias agradables y desagradables, encuentros y desencuentros, aciertos y fracasos; he aprendido a vivir la vida intensamente. Y la disfruto al máximo.
Ahora comprendo aquella frase "vive, no existas" y me alegra haberlo descubierto a mis 44 años.
No podemos postergar para después, el mañana no existe, el después puede que nunca llegue...es el ahora el que vale.
VIVE, NO EXISTAS.
VIVE INTENSAMENTE.
TIENES SOLAMENTE UNA VIDA POR VIVIR.
DEJA TU HUELLA.
MARCA CON TUS PASOS UNA SENDA QUE LLEVE GRABADO TU NOMBRE.
