viernes, 5 de noviembre de 2010

Tu no presencia.

Etérea es tu presencia
cuál fantasma del siglo pasado
marcas el tiempo con relojes cruzados.

Apareces y desapareces de mis días
como espectro de luz fragmentado.

Me resisto.
Tejo ilusiones con hilos de fantasía,
e imagino una vida que no es la mía.

Luego te esfumas como el viento
y comprendo.
Alcanzarte no es posible,
poseerte, un vano intento.

Y me quedo con un suspiro colgado del techo,
una caja repleta de besos
y un te quiero susurrado al silencio.

MGC