lunes, 10 de octubre de 2011

LA CONCIENCIA

Mucho se habla de la conciencia, esa parte de nuestro ser que bien puede estar ubicada cerca del corazón o cerca de nuestra mente, o tal vez sea que se encuentra viajando entre la mente y el corazón como un medidor que revisa nuestros sentimientos, pensamientos y acciones con el objetivo de que estos sean acordes a los cánones de vida que nos rigen.

Quien sabe en realidad en dónde podemos localizarla, lo que sí sabemos es que existe porque la escuchamos. Muchas veces no nos deja dormir repasando con detalle nuestra vida.

Podemos acallarla, adormecerla pero sabemos que está allí y que tarde o temprano haremos lo que nos aconseja… ¿por qué? pues porque al final siempre tiene la razón, porque al seguir sus consejos conseguimos paz interior, porque la razón de su existencia es guiarnos y recordarnos que lo más importante es que estemos bien con nosotros mismos.

Muchas veces la conciencia nos aconseja acciones que nos atemorizan, porque nos aconseja soltar algo o alguien que nos proporciona seguridad emocional, laboral o mental. Pero no descansará hasta lograr que tomemos el camino correcto. Y como dije antes podemos acallarla con ruidos externos como música, trabajo y diversión, también podemos ignorarla y continuar empecinados con nuestra voluntad, pero en ambos casos lo único que hacemos es alagar una etapa en nuestra vida. (y alargar los desvelos)
Fabuloso es cuando nuestra voluntad y nuestros sentimientos están de acuerdo con nuestra conciencia, entonces la decisiones que tomamos son fáciles y sin conflicto. Difícil es cuando conscientemente nos resistimos al consejo interno que nos grita con toda su capacidad que estamos en el camino equivocado…y es entonces cuando nos quita el sueño.

Damos vueltas y vueltas en la cama pensando y repasando hechos, palabras y situaciones con el objetivo de encontrar una excusa para decirle a la conciencia que está equivocada.

Ahora bien, ella nunca se equivoca, porque al final la conciencia no es otra cosa que nuestro mismo ser, ese pequeño soplo de vida que nos puso nuestro creador y que, iluminada por la divinidad misma, nos conduce por el camino correcto.
Si estas en la etapa en que la conciencia no te deja dormir, lo mejor que puedes hacer es no resistirte, déjala hablar y escúchala, después analiza y busca la solución que provoque menos daños colaterales, luego actúa y continúa hacia adelante.

Al final de cuentas solamente vivimos una vez, hemos venido a este mundo para ser felices y las acciones de hoy determinarán tu felicidad del día de mañana.

(MGC)
10 0ctubre 2011
4 am