sábado, 7 de agosto de 2010

Mis vacaciones

En estos dos meses de vacaciones he podido vivir realmente experiencias que no olvidaré. Y enfatizo la palabra vivir porque en algunos momentos de mi vida me dediqué a simplemente existir, como si las horas que pasaran y los sucesos a mi alrededor pertenecían a otras personas y no a mi.
De ese estado casi catatónico he pasado a un estado de ferviente admiración por lo que sucede en mi entorno, puede que sea una manera extrema de vivir, pero me gusta y la disfruto segundo a segundo.
Durante estas vacaciones he podido ver el brillo en los ojos de los niños mientras escuchan la historia de Alissa, he disfrutado sus comentarios y sonrisas, la ilusión que les hace tener el libro y la promesa firme de ayudar a cuidar el planeta.
Me he visto haciendo locuras sin pensar, como aventurarme a ir a Guatemala acompañada por una gran amiga y con una maleta repleta de ilusiones, compartir mi cuento en otras tierras, conocer otros escritores, entrar en ese mundo maravilloso del libro fueron experiencias gratificantes.
También asistí al encuentro internacional de escritores celebrado recientemente en nuestro país y descubrí que, gracias a Dios, estoy tan loca como cada uno de esos maravillosos personajes que se dedican a plasmar en papel los sueños, ideas y mundos imaginarios que entretienen a otros.
Este tiempo de descanso de mi rutina diaria también fue colmado con simples actos que me han hecho sentir que la vida es bella y debe vivirse al máximo.
Descubrí la poesía que existe en las cosas sencillas. Limpié mi casa, lave pisos, arreglé el jardín y me deshice de lo que ya no era necesario, y no hablo solamente de mi casa física, mi hogar, sino también de mi alma.
Dentro de ella también lave pisos, saqué malas hierbas y eliminé lo que no me servía.
Encontré poesía al caminar bajo la lluvia,al enlodar mis manos arrancando maleza, saboreé la magia de compartir un café sin más postre que una amena compañía y disfruté al jugar con mis hijos corriendo para ver quien llega primero al auto.
Reí, canté, amé y soñé.
Ahora, con nuevas fuerzas, nuevos brillos y una nueva perspectiva de la vida me dispongo a comenzar mi trabajo nuevamente...sin duda alguna este será un gran año escolar!