martes, 15 de junio de 2010

¡Vaya trabajo!


Hoy por la mañana estacioné mi auto como a dos cuadras de mi destino.
Caminé con paso firme pero algo preocupada, las calles del "Gran San Salvador" no son de las más seguras, sin embargo mi decisión de promocionar y vender mi libro me llevaron a dar muchas vueltas el día de hoy.

Mientras mis tacones golpeaban el asfalto de una de las tantas calles que caminé mi mente pensaba: "Lo que hay que hacer para darse a conocer" "Ojalá todo esto sirva para abrir espacios infantiles en El Salvador" "¿Así habrán comenzado otros escritores?"
Con ese último pensamiento una sonrisa llegó a mis labios. No me imagino los inicios de Eric Carle o de Alma Flor Ada, dos de los escritores infantiles que más admiro.

Me presenté en cinco instituciones de parvularia y las cinco me abrieron sus puertas programando visitas y talleres para dar a conocer a Alissa.
Mientras aguardaba en las respectivas salas de espera, veía entrar y salir pequeños niños, con su caminar poco ágil, sus miradas sinceras y su media lengua al hablar.

Ellos son mi razón de escribir, ellos son mi público.

¿Cómo no dedicarles mi tiempo libre para darles un poco de ilusión y magia cuando me regalan sonrisas francas y llenas de inocencia?

Alissa y yo seguiremos caminando por las calles, tocando puertas y visitando clases hasta que los corazones bondadosos lo permitan...¡es una aventura que le agradezco a la vida infinitamente!