Como lluvia fresca te envolví
como un rayo seco te estremecí
como brisa tibia te acogí
y como trueno sordo te respondí.
Ni la lluvia, ni el rayo
ni la brisa, ni el trueno
hicieron cambios en ti.
Lloré mis mares
callé mis soles
escondí mis sueños y me perdí.
Ahora que el verano aleja el invierno de mi
te deseo suerte y que la vida se apiade de ti.
MGC
viernes, 22 de octubre de 2010
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