lunes, 20 de diciembre de 2010

Comunicado del sindicato de los príncipes azules de los cuentos de hadas.


Reino de los cuentos de hadas, 18 de diciembre de 2010

Por medio de la presente, nosotros, los príncipes azules de los cuentos de hadas, deseamos expresar nuestra inconformidad con el papel que se nos ha impuesto realizar en la fantasía de los niños y niñas del mundo.
Lo primero que queremos aclarar que nacimos príncipes de la imaginación de los escritores, pero que en ningún momento se menciona que somos azules, esa afirmación se ha venido agregando a nuestros títulos de nobleza por medio de la voz popular y nos molesta de gran manera porque nos encasilla en una categoría a la que no pertenecemos.
Aclarado ese punto importante deseamos se nos reconozca el nivel de estrés que nos ha generado por generaciones las responsabilidades que se nos han impuesto dentro de los cuentos de hadas.
¿Se imaginan como se sintió el príncipe de Blancanieves cuando se dio cuenta que tenía que volverla a la vida? ¿Era acaso responsabilidad de él?
Al príncipe le avisaron que Blancanieves estaba en el bosque pero no le dijeron en qué condiciones. ¿Y si el beso no hubiese sido suficiente? Los siete enanos se encontraban de testigos, con picos y palas en mano, el pobre príncipe se sentía muy presionado.

Y que me dicen de príncipe de La bella durmiente, después de luchar contra un dragón , resulta que debía despertarla a ella y a todo el reino después de un sueño profundo de cien años.¡No se imaginan lo mal que se puso al descubrir semejante responsabilidad social!

El príncipe de Rapunzel aún se arrepiente de haber seguido el canto de aquella bella criatura, pues le costo su vista por un par de meses y aunque la recuperó, está seguro que nunca más volvería a rescatar a nadie de una torre debido al peligro que esto implica.

Los únicos afortunados fueron el Príncipe Rana y la Bestia, los cuales recuperaron su forma original tras el beso de sus respectivas princesas, sin embargo, todos, lean bien TODOS, tenemos la gran responsabilidad de hacer felices a las princesas para siempre...lo cuál sabemos es imposible.

Queremos terminar este comunicado presentando una protesta formal contra los escritores de cuentos clásicos que, al crearnos, olvidaron ponernos un nombre y con ello nos negaron uno de los principales derechos humanos: el tener una identidad y no ser solamente "príncipes".

firman:
Los príncipes (sin nombre) del reino de los cuentos de hadas.

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