jueves, 8 de marzo de 2012

Mujeres invisibles

El ocho de marzo se celebra el día internacional de la mujer y la costumbre de las personas en
mi país, es la de felicitar a diestra y siniestra a cuanta mujer se cruza en su camino durante ese día. El nueve de marzo todo vuelve a la normalidad.

Hace poco vi en periódico matutino un reportaje titulado “mujeres invisibles”, se refería a las señoras que están dentro de la cárcel de mujeres en El Salvador esperando procesos penales o cumpliendo en silencio sus sentencias, y el reportero hacía énfasis en como éstas pasan desapercibidas ante todos los sistemas de la sociedad salvadoreña.

Me pregunto ¿Acaso son ellas las únicas mujeres invisibles de esta sociedad desigual en la que vivimos? No lo creo.

Tan invisible como ellas es esa madre o esa empleada que ordena la casa, lava ropa, plancha y se desvela sin que nadie agradezca su tiempo y esfuerzo, sin embargo al abrir el closet aparece “ como por arte de magia” la ropa limpia y planchada que necesitamos ; totalmente transparente es la señora que amasa la masa y la mezcla para formar luego las pupusas que cenamos los domingos por la noche, mientras ella suda al lado de la plancha de la cocina su rostro adquiere vistos de invisibilidad para nosotros que ni la saludamos, asumiendo tal vez que es” muda, sorda y ciega” además de invisible; y qué decir de tantas y tantas mujeres que venden mangos, periódicos y chicles en las calles del gran San Salvador…¿recordamos sus rostros? …la cajera, la mesera, la que limpia los baños del restaurante de lujo… ¿las vemos al pasar a nuestro lado o son incorpóreas?

Para mí no basta con que existan presidentas en Latinoamérica, ni basta que dieciocho mujeres vayan propuestas en las próximas elecciones de diputados y alcaldes. No basta que podamos ser médicos, policías y futbolistas, yo creo que es necesario que cada mujer decida salir de su estado de invisibilidad y ayude a otras al mismo tiempo.

Si me permiten decirlo, la idea no es ser igual a los hombres. ¡Ni pensarlo! Somos básicamente diferentes, un complemento exquisito en lo físico y en lo psíquico. Me parece que la idea es que se nos tome en cuenta por pertenecer al género humano al igual que ellos.
Pensando en este tema vinieron a mi mente los dibujos animados que tanto disfrutaba de pequeña…el hombre elástico, el hombre mole, el hombre fuego y ¿adivinen? ¡Si, la mujer invisible! Uds. dirán que existe además la mujer maravilla, pero el auto que ella maneja ¡es invisible también!
Parece un punto irrelevante, pero con esto deseo enfatizar en las raíces inconscientes que colectivamente tenemos sobre este asunto… desde pequeñas se nos muestran la invisibilidad como cualidad.

Yo fui invisible un tiempo y no porque quería ser parte de los superhéroes.

Recuerdo perfectamente la sensación profunda y vacía de no existir. Mis días pasaban uno tras otro con mis sentimientos anulados, mis pensamientos revocados y mi ser completamente borrado, era necesario ser invisible para no molestar, no estorbar, no opinar y mucho menos actuar, cedí en muchos ámbitos mi derechos y acepté sin protesta mis deberes. Permití ser solamente una sombra y me llevo un buen tiempo despertar de ese letargo.

Sin duda alguna salir de la invisibilidad implica equivocarse, rectificar, hacerse responsable de las palabras dichas y de las acciones hechas. ¡Pero qué sensación más gratificante el vivir así!

Por supuesto que no ha sido un camino fácil, cada día es necesario reafirmar asertivamente lo que uno es, pues algunos hombres y, tristemente, también algunas mujeres con esquemas mentales retrógrados, intentan hacerme pensar que mi lugar es el de la invisibilidad, pero ya no me lo creo, reaccioné y no estoy dispuesta a ceder mi esencia nuevamente.

He logrado ser la persona que siempre debí ser, por eso este próximo ocho de marzo no te preocupes en felicitarme ¡soy mujer todo el año y me encanta!

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